sábado, 31 de marzo de 2018

Sábado Santo

REFLEXIÓN
Este día también es llamado "Sábado de Gloria", es el día en que el cuerpo de nuestro Señor descansa en la tumba y con Él toda la creación reposa en meditación, reflexión y gratitud por su gran amor, por haberse entregado por nosotros, porque con su entrega y sacrificio nos trae vida y Salvación.

En este día, llegada la tardecita, comenzará la celebración en la Iglesia de la VIGILIA PASCUAL:
- La liturgia de la Luz
- La liturgia de la Palabra
- La Renovación de los Votos Bautismales
- La Santa Eucaristía

En la Liturgia de la Luz, que podamos contemplar y valorar en familia la Luz y la fuerza que tiene para disipar la oscuridad y las tinieblas, para dar claridad a los hombres e iluminar nuestros caminos: La luz de Cristo.
Que podamos oír en la Liturgia de la Palabra las asombrosas obras de Dios desde la creación del mundo.
Que renovemos todos nuestra fe recibida con el bautismo, afirmando que creemos en el Padre, Hijo y Espíritu Santo como una Santísima Trinidad que nos llena el alma.
Que podamos vivir una Eucaristía fraterna, amorosa y con el poder de alimentar lo más profundo de nuestro ser.

OREMOS

Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero



Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Oh Dios, Creador de cielo y tierra: Concede que, así como el cuerpo crucificado de tu amado Hijo fue puesto en el sepulcro y descansó en este Sábado santo, de la misma manera aguardemos con él la venida del tercer día, y resucitemos con él a la vida nueva; quien vive ahora y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén.





Viernes Santo

REFLEXIÓN
En un silencio reverencial, con amor y gratitud en el corazón, reconocemos este día el valor de la Cruz como instrumento de Salvación para todos los hombres y mujeres del mundo. Podremos también juntos revivir el "Vía Crucis" y las "Palabras del Señor en la Cruz", en profunda devoción comencemos:

OREMOS
Te adoramos. oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

Si hemos muerto con Él, también viviremos con Él;
si nos mantenemos firmes, también reinaremos con Él.

Te adoramos. oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Señor Jesucristo, por tu muerte quitaste el aguijón de la muerte: Concede a tus siervos que caminemos de tal modo en la fe hacia el lugar a donde tú nos has precedido, que al fin durmamos apaciblemente en ti, y despertemos a tu semejanza; por amor de tu tierna misericordia. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén.


jueves, 29 de marzo de 2018

Jueves Santo San Juan 13:1-15

REFLEXIÓN
Nuestro Señor sabía que se le acercaba la hora de volver al Padre y el amor por sus discípulos se manifestaría de una manera muy profunda y especial, leamos juntos el evangelio para que lo meditemos juntos guiados por el Espíritu Santo (busca tu Biblia).

Es claro que todo lo que hizo Jesús, lo hizo por amor a los suyos, por amor a todos nosotros; eso es lo que siempre nos mueve, es lo que debe movernos a hacer las cosas de la manera como las hizo nuestro Señor: Soportó el rechazo de su propio pueblo, la traición de uno de los que Él amó, la negación de Pedro, los insultos, los golpes y hasta la crucifixión. Alguna vez  un santo dijo que todos nosotros también debemos pasar por nuestro propio calvario; que Dios nos prepare y dé fuerzas para soportarlo cuando fortalecidos en la fe, nos toque hacerlo; quizá algunos ya lo hemos vivido, lo estamos viviendo, o lo viviremos.

En el evangelio tenemos la ÚLTIMA CENA y por ello la Iglesia celebra y recuerda este día la Institución de la Santa Eucaristía por nuestro Señor, una Eucaristía en la que nos da una gran lección de humildad EN EL LAVADO DE PIES a sus discípulos (debemos aclarar que era costumbre en aquella época que los sirvientes laven los pies a sus señores).  Jesús nos mostró así que el Hijo de Dios vino para hacerse siervo, vino para servir y no ser servido, aún teniendo Él tanto poder y Santidad, lo hizo; así nosotros también estamos llamados a servir, pero a servir bien, con alegría, con el gozo de dar limpiamente, con sinceridad y sobre todo llenos de paz y amor por Dios nuestro Padre y por nuestro prójimo (Hay más gozo en dar que en recibir, dijo Cristo - Hechos 20:35) Es un mandamiento del Señor para que nosotros hagamos lo mismo siempre:

"Dichosos serán si lo ponen en práctica" (San Juan 13:17)

Que vivamos siempre con fervor y devoción la Santa Cena y que tengamos siempre un corazón dispuesto a servir a los demás y por supuesto en un lugar en hermandad sincera para hacerlo, un lugar donde no se rechace al hermano, donde las buenas palabras que salen de la boca se reflejen en los buenos actos, sirvamos para  así poder llenarnos de la paz que sólo Dios  puede dar.
Un abrazo a todos ustedes.

OREMOS
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Padre todopoderoso, cuyo amado Hijo, en la víspera de su padecimiento, instituyó el Sacramento de su Cuerpo y Sangre: Concédenos, en tu misericordia, que lo recibamos con gratitud como memorial de Jesucristo nuestro Señor, que en estos santos misterios nos da una prenda de la vida eterna; quien vive ahora y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.





domingo, 25 de marzo de 2018

25 de marzo: Domingo de Ramos San Marcos 14:32 - 15:47

REFLEXIÓN
Hoy recordamos y celebramos con devoción la "Entrada triunfal de nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén", con ésta celebración iniciamos la Semana Santa.
Al leer el evangelio nos damos cuenta que Jesús entra a Jerusalén siendo reconocido como bendito, como aquel que viene en el nombre del Señor. Debemos recordar que Él entra en Jerusalén para dar su vida por todos nosotros, es allí donde vivirá su Pasión, Muerte y Resurrección por amor al mundo entero.
Hoy nos toca a nosotros recibirlo en nuestras vidas, reconociéndolo como nuestro Señor y Salvador, como el que viene a traernos salvación y vida verdadera.
Esta semana que comienza hoy, debemos mostrar profunda fe, pero sobre todo, gratitud y amor al recordar reverentes todo lo que el Señor ha hecho por nosotros: Sus enseñanzas, su sufrimiento, su dolorosa muerte... y hasta sus silencios ante la ofensa, el insulto y el desprecio; todo lo soportó por amor.
Que esta sea un profunda Semana Santa, que la vivamos con devoción, reflexión, esperanza y que podamos renovar juntos nuestro amor por la Iglesia, por Cristo nuestro Señor y por nuestro prójimo.

OREMOS
Dios omnipotente y eterno, en tu tierno amor hacia el género humano, enviaste a tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo para asumir nuestra naturaleza, y padecer muerte en la cruz, mostrándonos ejemplo de su gran humildad: Concédenos, en tu misericordia, que caminemos por el sendero de su padecimiento y participemos también en su resurrección; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 


domingo, 18 de marzo de 2018

18 de marzo V Domingo de Cuaresma

REFLEXIÓN
"Queremos ver a Jesús". Cuántas cosas expresa éste deseo; dice la escritura de hoy que unos hombres griegos la dijeron. Los griegos en los tiempos antiguos tenían fama de ser sabios, inquietos por el conocimiento, valoraban la ciencia y las artes, pero a pesar de eso su religión fue muy politeísta, con carencia de moral; por eso resulta muy peculiar que sean unos griegos los que dijeron: "Queremos ver a Jesús" 
Quiero pensar que su deseo por conocer la verdad los impulsó a buscar a Jesús, no en vano eran hombres inquietos por el verdadero conocimiento. 
Y a nosotros, ¿Qué nos impulsa a buscar a Jesús? Es bueno hacernos esa pregunta de vez en cuando, así podremos encontrar muchas respuestas, como: fortalecer nuestra fe, reconocer en Cristo su bondad y poder, recordar que Él es la verdad de todo, que tiene todas las soluciones y respuestas, pero sobre todo un gran amor y misericordia por nosotros.
Digamos todos que queremos ver a Jesús, que queremos oír sus enseñanzas y su verdad, que queremos alimentarnos de Él y del Espíritu Santo, que estamos dispuestos a encontrarlo en su Iglesia.
Hoy Él pide servirle, seguirle; a cambio nos promete estar a nuestro lado, nos promete la bendición del Padre; vayamos pues a Jesús y digamos de corazón, "Quiero verte hoy Señor".

"Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. 
A quien me sirva, mi Padre lo honrará". (San Juan 12:26)

OREMOS
Regocíjense en el Señor, pueblos todos; 
sirvan al Señor con alegría;
vengan ante su presencia con cánticos.
Sepan que el Señor es Dios; 
Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entren por sus puertas con acción de gracias,
en sus atrios con alabanza; 
denle gracias, y bendigan su Nombre;
Porque el Señor es bueno;
para siempre es su misericordia; 
su fidelidad perdura de generación en generación.


Dios todopoderoso, sólo tú puedes ordenar los afectos y voluntades rebeldes de los pecadores: Concede gracia a tu pueblo para amar lo que tú dispones y desear lo que tú prometes; a fin de que, en medio de los rápidos y variados cambios del mundo, nuestros corazones permanezcan fijos allí donde se encuentran los verdaderos goces; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos bendiga hoy y siempre. Amén

+Juan Carlos Revilla


domingo, 11 de marzo de 2018

11 de marzo: IV Domingo de Cuaresma San Juan 3:14-21

REFLEXIÓN
La luz siempre da visibilidad, ilumina, muestra y señala claramente el camino correcto e impide que tropecemos, caigamos y nos lastimemos; todo eso es Jesús. Sin Él el mundo no tiene claridad, no tendría sentido, las dudas nos invaden, los temores, peligros, tentaciones y errores pueden cambiar nuestros caminos y seguir el incorrecto, nos equivocamos y podemos perdernos, por esa razón debemos siempre permanecer cerca a la "Luz del mundo" que es Cristo nuestro Señor. Él dijo alguna vez y para siempre:

"Yo soy la luz del mundo, 
el que me sigue no andará en tinieblas, 
sino que tendrá la luz de la vida"  (San Juan 8:12)

En el evangelio de esta semana nuestro Señor nos recuerda que todo el que hace lo malo aborrece la luz y no se acerca a ella por temor a ser descubierto. (lean San Juan 3:20) Nosotros debemos mantenernos siempre, en todo momento y circunstancia, cerca de esa luz buena que es Jesús para que así tengamos claridad y guía, para no andar confusos, para vivir confiados, en paz y tranquilidad, para tener la mente y el corazón limpios de todo mal y servir a Dios y a nuestro prójimo con alegría.
Es bueno recordar que también nosotros debemos ser la luz del mundo (Mateo 5:13-14), debemos ser instrumentos en el propósito de salvación de Dios y ayudar a la salvación de los demás siendo esa luz que lleve a todos a la verdad, a la vida buena con Cristo.
Tengamos fe en la Luz que viene del corazón mismo de Cristo, un corazón lleno de amor y de  bondad, tengamos fe en cada una de sus palabras y enseñanzas, recordando lo que hoy nos dice con claridad:
"Todo el que crea en Él tiene vida eterna, pero el que no cree..." (San Juan 3:18)
Que nuestra fe nos lleve a esa luz para que se vea claramente que hacemos obras en obediencia a Dios, para que alabemos su nombre, para que seamos buenos hijos suyos, buenos cristianos hoy y siempre.
Un abrazo
+Juan Carlos

OREMOS
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Padre bondadoso, cuyo bendito Hijo Jesucristo descendió del cielo para ser el pan verdadero que da vida al mundo: Danos siempre este pan, para que Él viva en nosotros y nosotros en Él; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.




domingo, 4 de marzo de 2018

4 de marzo: III Domingo de Cuaresma San Juan 2:13-25

REFLEXIÓN
Cuando uno lee el evangelio de esta semana  entendemos claramente que Nuestro Señor Jesús se molestó mucho cuando vio que en el templo de su Padre las personas  habían instalado lugares para negociar, vender y cambiar dinero, un lugar de oración y devoción estaba convertido prácticamente en un mercado, ante eso Él echó a todos ellos de allí y dijo claramente:
"¡Saquen esto de aquí! 
¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?"
Nuestro Señor se sintió lastimado y triste al ver que el templo estaba contaminado, su propósito es estar en la presencia de Dios, alabarle, adorarle, escuchar Su Palabra y estar juntos como Iglesia, su propósito nunca debe ser la negociación, el buscar ganancia personal, comprar o vender...
Está claro que el templo debe ser un lugar especial, digno, limpio, sin contaminación, libre de pecado.

Ahora bien, San Pablo nos dice en 1 Corintios 3:16 (por favor, lean) que nosotros somos templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en nosotros; al pensar en cómo se molestó nuestro Señor cuando vio el templo indigno, imagino que también sentirá dolor y tristeza cuando nosotros contaminamos nuestros cuerpos, cuando dejamos que el pecado entre en nuestros corazones, cuando dejamos que malos pensamientos estén en nuestras mentes y dañen nuestro corazón... Nosotros somos templo y debemos cuidarnos, estar siempre dignos, puros. 
Somos templos del Dios viviente (2 Corintios 6:16), qué privilegio tan grande! y qué responsabilidad tan profunda! en este tiempo de Cuaresma nos toca limpiar ese templo interior que todos debemos ser, debemos buscar en conciencia todo lo indigno de nuestro interior, debemos confesar, arrepentirnos y esperar la misericordia infinita de Dios que nos ayudará a limpiar nuestro templo interior para que su Santo Espíritu pueda habitar en nosotros.
Acerquémonos hoy en oración profunda al Señor, dejemos que Él nos purifique, Él tiene el poder para hacerlo:
No necesita que nadie le informe nada acerca de los demás, 
pues Él conoce el interior del ser humano  (San Juan 2:25)
Vayamos a Jesús tal como somos, con arrepentimiento sincero de nuestros defectos, errores y debilidades; si nosotros estamos dispuestos, Él nos cambiará, nos hará mejores personas, nos hará buenos cristianos.
Dios nos bendiga

OREMOS
Dios todopoderoso, tú sabes que en nosotros no hay poder para ayudarnos: Guárdanos tanto exteriormente en cuerpo como interiormente en alma, para que seamos defendidos de todas las adversidades que puedan sobrevenir al cuerpo, y de los malos pensamientos que puedan asaltar y herir el alma; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Oh Dios, tú nos alegras con el recuerdo semanal de la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor: Concédenos tal bendición en este día, mediante nuestra adoración, que ocupemos todos los días de esta semana en tu favor; por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos nosotros ahora y siempre. Amén.

+Juan Carlos

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.