domingo, 24 de febrero de 2019

Domingo 24 de febrero San Lucas 6:27-38

Hoy necesitamos iniciar la reflexión y meditación del Evangelio con una oración, la enseñanza que nos trae nuestro Señor es quizá la más difícil de aceptar en nuestras vidas, pero vamos juntos a leer nuestras biblias tratando de entender cómo y por qué lo haremos.

OREMOS
Oh Dios, guíanos siempre a hacer tu Santa y Buena voluntad, haz que tu luz brille en medio de nuestras dudas e incertidumbres y danos fuerza y valor para realizar las cosas que a veces nos son difíciles de cumplir; sabemos que debemos siempre hacer tu buena voluntad y que al cumplir tu palabra te agradamos, te glorificamos y mostramos que te amamos; que tu Espíritu nos de la fuerza necesaria para ser como Tú Señor, en obediencia y bondad. Ahora llévanos a leer tu Palabra y a aplicarla en nuestras vidas, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

REFLEXIÓN
Amar, hacer el bien, bendecir, animar, ayudar y orar; son cosas que como cristianos debemos hacer constantemente con los demás, con nuestro prójimo. Es algo que Cristo nuestro Señor nos pide que hagamos; pero qué difícil resulta cuando debemos amar, hacer el bien, bendecir, ayudar... y orar por las personas que nos han lastimado, que nos han hecho daño, que causaron pena y dolor en nuestras vidas... hoy nuestro Señor nos pide hacer eso y como dice su palabra en San Juan 14:15
"Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos"
Hoy nos toca demostrar a Dios que si lo amamos. Hoy nos toca preparar nuestros corazones para poder hacerlo, para poder amar a quienes nos lastimaron, a quienes nos hicieron daño, ¿Cómo lo haremos? Busca en tu Biblia San Mateo 6:14-15, leamos juntos y en voz alta:
"Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. 
Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les personará a ustedes las suyas"
Si te es posible, vuelve a leer éste mensaje; léelo hasta entenderlo.

Todo parte del perdón, del perdón sincero y honesto; del perdón que debe salir de lo más profundo de nuestros corazones, del perdón necesario, liberador y sanador. Muchas veces es doloroso, y hasta incómodo; pero lo necesitamos, necesitamos perdonar y dejar la justicia en manos de Dios. Necesitamos perdonar para que nosotros también seamos perdonados de nuestros errores, necesitamos perdonar para quitarnos una carga de encima, para no tener resentimientos, para no desear el mal y mucho menos querer venganza. Cuando nosotros perdonamos no le estamos dando un beneficio al quien nos ha lastimado, nos estamos beneficiando a nosotros mismos; el perdón es un regalo de paz para nuestras vidas, es olvidar aquello que nos lastimó, es dejar una carga pesada en el pasado. El perdón es dar gracias a Dios al recordar que tú no fuiste el malo o la mala y nunca lo serás. Por eso DEBEMOS PERDONAR, para liberarnos, para ser como Cristo, para poder decir con verdad:

"Padre, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden"

Si perdonamos, podremos amar a todos por igual, podremos hacer el bien libremente, podremos bendecir y orar con alegría, sinceridad y libertad. Dice nuestro Señor que así tendremos una GRAN RECOMPENSA y seremos hijos del altísimo (versículo 35). Recordemos que con la misma medida que medimos seremos medidos.
Dios nos bendiga, un abrazo sincero a todos ustedes.
+Juan Carlos Revilla

OREMOS
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Oh Señor, tú nos has enseñado que todo lo que hacemos sin amor es de ningún valor: Envía tu Espíritu Santo, y derrama en nuestros corazones tu excelentísimo don, que es el amor, el vínculo verdadero de la paz y de todas las virtudes, sin el cual todos aquéllos que viven son considerados como muertos ante ti. Concédenos esto, por amor de tu único Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes hoy y siempre+. Amén.









domingo, 17 de febrero de 2019

Domingo 17 de febrero San Lucas 6:17-26

Introducción.- No olviden tener su Biblia a la mano, en un lugar y momento tranquilo, leamos juntos el evangelio antes de ir a la reflexión, hagámoslo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo+. Amén.

REFLEXIÓN
Como cada domingo, hay tanto que aprender, valorar y aplicar a nuestras vidas... seguramente por esa misma razón en aquel tiempo había una "gran multitud" dispuesta a escuchar al Señor. Todos iban con la esperanza de ser sanados de alguna dolencia, de ser liberados; muchos procuraban tocarlo, sentirlo, estar cerca de Él. Dice el evangelio que incluso algunos vinieron de muy lejos para oírlo. 

Es muy seguro que en nuestro tiempo también ocurre lo mismo, todos vamos a Jesús con esperanza, todos vamos a Él para que muestre su compasión en nuestras vidas, para calmar nuestras preocupaciones y aliviar nuestras cargas, hoy también queremos sentirlo como lo estamos haciendo ahora al leer su poderosa palabra, al recordar su infinita misericordia y su gran amor por todas sus criaturas. Hoy queremos contemplarlo, sentir ese poder que sale de Él (versículo 19para ser sanados y por eso estamos en su presencia con gratitud, esperanza y fe.

Dice el evangelio que Jesús dirigió la mirada a sus discípulos y les dijo: "Bienaventurados", "Dichosos"; hoy nosotros queremos también que el Señor dirija su mirada a nuestras vidas, hoy queremos ser bienaventurados, ser dichosos, y eso es algo que sólo lo vamos a lograr mediante nuestra fe, mediante nuestra absoluta confianza en Cristo nuestro Señor.

Para Jesús son dichosos los pobres, los que pasan hambre, los que sufren injusticias, porque Él les ha otorgado su reino. Qué hermosa recompensa para todos aquellos que carecen en este mundo de los bienes materiales, para aquellos que les falta comida pero que sin embargo tienen a Dios en su corazón como la mayor de las riquezas, como el Pan de Vida.

Para el Señor son dichosos los que lloran, son dichosos aquellos que han sido despreciados por otros; Cristo es nuestro amoroso consuelo en medio de nuestras lágrimas; Cristo es nuestro juez misericordioso, no importa si los demás nos han despreciado, si nos han juzgado sin misericordia... nuestro Señor nos ama y nos pide alegrarnos ofreciéndonos una recompensa en el cielo. Muchos siervos de Dios también fueron despreciados, Cristo mismo fue acusado cuando mostró misericordia por encima de reglas establecidas por hombres. Que el amor y la justicia nos acompañen siempre, aunque muchas veces vemos tanta injusticia. Guardemos la fe profunda por nuestro Señor en el corazón y sigamos su gran ejemplo de no cesar en la predicación en obra y palabra todos los días de nuestra vida. Seamos Bienaventurados y Dichosos sólo en su presencia.

Un abrazo

OREMOS
A ti, como Dios, te alabamos;
a ti, Señor, te reconocemos;
a ti, eterno Padre, te venera toda la tierra.
Los ángeles todos, los cielos y todas
las potestades te honran;
los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
la brillante muchedumbre de los mártires.
A ti te glorifica la santa Iglesia por todo el orbe;
A ti, Padre de majestad inmensa,
a tu adorable, verdadero y único Hijo,
también al Espíritu Santo, el Paráclito.
Tú eres el Rey de la gloria, oh Cristo;
tú eres el Hijo único del Padre;
tú, al hacerte hombre para salvarnos,
no desdeñaste el seno de la Virgen.
Tú, quebrantando el aguijón de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú estás sentado a la derecha del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos contemos entre tus santos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: 
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, fortaleza de los que ponen su confianza en ti: Acepta con misericordia nuestras súplicas, y puesto que, por nuestra flaqueza, no podemos hacer nada bueno sin ti, danos el auxilio de tu gracia; para que, al guardar tus mandamientos, te agrademos, tanto de voluntad como de hecho; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes hoy y siempre+. Amén.

Un abrazo de Paz
+Juan Carlos Revilla 


miércoles, 13 de febrero de 2019

Domingo 10 de febrero San Lucas 5:1-11

Importante: Como siempre, recomiendo leer una dos veces el evangelio antes de ir a la reflexión, busca tu amada Biblia y lee junto conmigo el evangelio que corresponde este domingo.

REFLEXIÓN
En aquel tiempo,"la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios"; podemos imaginar la gran necesidad de las personas por estar cerca de Jesús para escucharlo, verlo, contemplarlo, sentirlo, pero sobre todo, encontrar esperanza en aquellas palabras que estaban y están llenas de poder y sanidad. Según entendemos en el evangelio, entre la gente que se encontraba allí también estaban aquellos hombres que serían llamados a hacerse sus discípulos, sus seguidores; ellos seguramente estaban escuchándolo con atención, reconociendo en sus palabras sabiduría. Éstos discípulos estaban pasando por una necesidad cuando nuestro Señor les habló.

Hoy queremos que Cristo también nos hable, que nos diga esas palabra maravillosas de sanidad y consuelo que necesitamos, hoy también queremos estar cerca de Ti buen Señor, también queremos que nos hables, que te dignes mirarnos desde el cielo para darte gracias, para recibir de Ti el llamado a seguirte y ser tuyos.

Lo que el Señor dijo a los que serían sus discípulos es que hagan algo que ellos ya lo habían hecho muchas veces, ya estaban desanimados y cansados de hacerlo sin lograr resultados pero esa voz suave les dijo "háganlo de nuevo"; lo hermoso de ésto es que esta vez Él mismo estaría allí, viendo su esfuerzo, Él mismo estaría allí para mostrar su poder y satisfacer la necesidad de ellos. Sus palabras tenían autoridad suave y amorosa:
"Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar"
Cristo les pedía más de lo que ellos hicieron, Él les pedía ir más allá, ir a aguas profundas.

Pídenos Señor que hagamos las cosas como Tú lo deseas, ven a nuestro lado que a veces nos sentimos desanimados y cansados de echar la red. Es posible que en esta vida hayamos y hemos intentado hacer algo sin resultados, pero tengamos la absoluta confianza que si lo hacemos con Jesús lo lograremos. Ayuda buen Señor a quien te necesite esta semana, dile buen Jesús con voz suave y amorosa que vuelva a echar sus redes, muéstrale Señor tu poder, haz un milagro a todo aquel que clama a Ti.

Cuando los discípulos obedecieron al Señor, recogieron tal cantidad de peces que sus barcas se hundirían de tanta providencia... Hagámonos obedientes del Señor, fieles a su palabra, confiando que si Él nos manda, la providencia será abundante, mostremos nuestra fidelidad al Cristo amoroso y bueno que nos habla cada día. 
Cuando Pedro fue testigo del milagro de Jesús, "cayo de rodillas delante del Señor" y le dijo palabras muy sentidas: "Apártate de mí, Señor; soy un pecador". El buen Pedro reconoció que era indigno de estar en su presencia; eso es lo que hoy nosotros hacemos frente al Señor, somos unos pecadores que no merecemos contemplar su rostro; pero su bondad es infinita y por eso las palabras de Jesús para Pedro, también son palabras para nosotros hoy "No temas"... 
Gracias buen Señor porque en medio de todo no temeremos, tu bondad y tu poder por encima de todo están con nosotros, no te abandonaremos buen Jesús, amigo, Padre bueno y amoroso.

OREMOS
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: 
como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Digno es, Señor nuestro Dios, 
atribuirte la gloria, el honor y el poder;
Porque tú has creado el universo, 
y por tu voluntad existió y fue creado.
Y digno es atribuir lo mismo a ti, Cordero inmolado, 
porque con tu sangre compraste para Dios,
De toda raza, lengua, pueblo y nación, 
un reino de sacerdotes para servir a nuestro Dios.
Por tanto, al que está sentado en el trono, 
y a Cristo el Cordero,
Sean adoración y honor, gloria y señorío, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Líbranos, oh Dios, de la esclavitud de nuestros pecados, y danos la libertad de esa vida abundante que nos has manifestado en tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

El Señor esté con ustedes,
y con tu Espíritu.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo esté con ustedes hoy y siempre+. Amén.

Un abrazo


domingo, 3 de febrero de 2019

Domingo 3 de febrero San Lucas 4:21-32

Introducción.- En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo+. Amén.
Antes de seguir leyendo, busca tu Biblia y lee un momento el evangelio que corresponde al día de hoy, luego guarda silencio y medita un poco sobre la lectura (puedes hacer ésto en grupo o en familia; luego vamos juntos a la reflexión.

REFLEXIÓN
La enseñanza de esta semana comienza con las palabras de Jesús dichas para sí mismo y por supuesto para nosotros también:
"Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes"
Éstas palabras del Señor guardan relación con la enseñanza de la semana pasada, cuando de sus labios salen palabras de esperanza y consuelo, palabras que nos recuerdan que el Señor tiene el poder del Espíritu Santo y que con ese poder maravilloso Él anuncia las buenas nuevas a los pobres, libera a los cautivos, devuelve la vista a los ciegos y da libertad a los oprimidos; hoy se está cumpliendo todo eso, Cristo tiene poder para curar, liberar, consolar, animar y dar esperanza; eso es algo que jamás debemos olvidar, eso es algo que el Señor hace todos los días y más aún hoy.
El evangelio de hoy, en el versículo 22, dice que todos se quedaban impresionados y maravillados porque de su boca salían palabras hermosas; es lo mismo que sentimos nosotros ahora, es lo mismo que sentimos cada vez que escuchamos o leemos las palabras de Dios en la Santa Biblia, es lo mismo que sentimos cuando oramos y dejamos que la paz del Espíritu Santo nos rodee y nos unja con su poder; por eso no hay que dejar de leer la Biblia, de orar y de aprovechar los momentos de ser parte de una Iglesia Santa que con sinceridad y entrega nos trae las buenas nuevas del reino.

En el evangelio de hoy también encontramos algo un poco triste; algunos que lo escucharon comenzaron a dudar de Él, de su divinidad, aunque aceptaban que sus palabras eran maravillosas, dudaron. Cuánta gente habrá así en  este tiempo, escuchan la palabra de Dios maravillados, se sienten bien en el momento, pero luego la olvidan y no le dan su gran valor. Bien dice claramente nuestro Señor en San Mateo 13:20-21 (lee un momento éstos versículos) que muchos reciben su palabra con alegría, pero que al poco tiempo la olvidan. Nosotros no hagamos eso, demos el valor a la preciosa palabra de Dios, reconozcamos su gran poder para nuestras vidas y para las vidas de los que amamos, no dejemos de buscar las Escrituras con alegría y busquemos siempre compartirlas con las demás: No rechacemos a Jesús.

Un abrazo

OREMOS
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso y eterno, tú riges todas las cosas tanto en el cielo como en la tierra: Escucha con misericordia las súplicas de tu pueblo, y en nuestro tiempo concédenos tu paz; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes hoy y siempre+. Amén. 


sábado, 2 de febrero de 2019

Febrero 2: Presentación de Nuestro Señor Jesucristo en el Templo - Virgen de la Candelaria

REFLEXIÓN
En los tiempos de Jesús, era costumbre que todo niño debía ser llevado al templo para ser presentado ante el Señor después de 40 días de su nacimiento junto con su madre, así lo establecía la Ley de Moisés. Entonces José y María cumpliendo con lo establecido fueron al templo con Jesús (Mateo 2:22). 
La Biblia cuenta que en el templo había un hombre llamado Simón que al ver al niño dijo que Él sería "...Luz para las naciones", según ésto muchos tienen la costumbre de llevar velas al templo para bendecirlas y encenderlas, la candela o fuego simboliza la luz de Cristo que ilumina al mundo; por eso algunos celebran ésta fiesta como "La Candelaria".


OREMOS
Hoy querido Dios nos presentamos ante tí y te presentamos a nuestros hijos, te los ofrecemos buen Señor. Hoy reconocemos que tú eres la Luz del Mundo, purificanos buen Señor y permite que seamos dignos de estar en tu presencia todos los días de nuestra vida. Encenderemos una vela para recordar que tú luz ilumina, da calor y guía nuestros pasos. Se con nosotros buen Jesús, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Dios, fuente de luz eterna: Derrama tu día interminable sobre los que aguardamos tu venida, para que nuestros labios te alaben, nuestras vidas te bendigan y nuestra adoración en la mañana te dé gloria; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre eterno, tú diste a tu Hijo encarnado el santo nombre de Jesús para ser el signo de nuestra salvación: Te suplicamos que siembres en cada corazón el amor de quien es el Salvador del mundo, nuestro Señor Jesucristo; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, en gloria eterna. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14


viernes, 1 de febrero de 2019

Isaías 50:4-5

ISAÍAS 50:4-5
"El Señor me ha instruido
para que yo consuele a los cansados
con palabras de aliento.
Todas las mañanas me hace estar atento
para que escuche dócilmente.
El Señor me ha dado entendimiento,
y yo no me he resistido
ni le he vuelto las espaldas."

OREMOS
Buen y dulce Señor, permite que nuestros ojos tengan la capacidad de ver las cosas invisibles en los demás, sobre todo el dolor ajeno, ayúdanos a tener la palabra oportuna para el necesitado de aliento, de consuelo, de esperanza... para dar el consejo oportuno y sabio.
Gracias por permitirnos buscarte cada mañana al comenzar el día, gracias porque nos permites alabarte cada día al llegar la noche, gracias por regalarnos tu paz; nunca te daremos la espalda buen Señor, siempre tendremos los oídos atentos al hermano, las manos listas para servir y nuestros pasos prestos para andar donde Tú nos envíes.
Alabado sea tu Santo nombre éste y todos los días de nuestra vida, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes hoy y siempre+. Amén.
Un abrazo
+Juan Carlos


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.