REFLEXIÓN
Hoy, San Juan el Bautista nos enseña cómo debemos prepararnos para la llegada del Señor a nuestras vidas. Lo primero que vemos en la vida de Juan es que la Palabra de Dios nuestro Señor vino a él para ser escogido como mensajero suyo: para preparar el camino del Señor; Juan el Bautista prestó su voz a Dios para "gritar" en el desierto que todos deben estar listos para cuando venga Jesús el Redentor.
Segundo, vemos que Juan recorría toda la región, es decir, no se quedó en un solo lugar; donde quiera que iba levantaba su voz para decir:
"Preparen el camino del Señor,
háganle sendas derechas.
Todo valle será rellenado,
toda montaña y colina será allanada.
Los caminos torcidos se enderezarán,
las sendas escabrosas quedarán llanas.
Y todo mortal verá la salvación de Dios"
A nosotros nos toda en este buen tiempo de Adviento poner, no sólo nuestra voz al servicio de Dios, nos toca poner nuestras vidas, nuestro tiempo y todo lo que esté a nuestro alcance para anunciar que el Señor desea venir a todas las personas, esa es una gran noticia; pero para que pueda venir debemos caminar derecho, de manera correcta, de forma cristiana, siempre con la verdad, la bondad y el amor de Dios en nuestras vidas. Debemos recordar que cuando el Señor llega a nuestras vidas allana montañas, nos ayuda a enderezar nuestros caminos, a retirar todo lo escabroso, todo lo que lastima y hace difícil nuestro diario vivir. Por eso es importante el Arrepentimiento, como un gran paso para estar dignos de recibir al Señor. Necesitamos de ese lavado necesario, de ese lavado espiritual que es el arrepentimiento, leamos juntos los siguientes textos:
"Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo,
nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad".
1 Juan 1:9
"Quien encubre su pecado jamás prospera;
quien lo confiesa y lo deja, halla perdón".
Proverbios 28:13
Este es un buen tiempo para preparar la venida del Señor y a todos nos toca dar el primer paso que nos acerca cada vez más a su presencia, el arrepentimiento. Busquemos en nuestras vidas, en todo lo que hemos vivido, qué cosas tenemos para arrepentirnos, lamentemos las cosas que pudimos haber hecho mejor, lamentemos todo lo malo que hicimos o lo que no hicimos por falta de voluntad y dejémonos llevar por el amor de Dios, por su maravillo Espíritu. La gran oportunidad de ser mejores se nos ha presentado con el Adviento, vivamos siempre un Adviento en nuestras vidas, una espera buena y con la confianza de que Cristo llegará a nosotros y tengamos la certeza de que todo mortal verá la salvación de Dios.
Buen tiempo de Adviento para todos.
OREMOS
Dios de misericordia, que enviaste a tus mensajeros, los profetas, a predicar el arrepentimiento y preparar el camino de nuestra salvación: Danos gracia para atender sus advertencias y abandonar nuestros pecados, a fin de que recibamos gozosamente la venida de Jesucristo nuestro Redentor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Oración sugerida para encender la segunda vela de nuestra corona
(Hoy se encienden dos velas)
Todos: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén
La
persona indicada:
Los profetas mantenían encendida
la esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo de nuestra esperanza
encendemos estas dos velas.
La humanidad entera se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de los que estamos aquí Señor,
te abra su vida para que brotes en ella,
para que nazcas y florezcas en nuestros corazones
y mantengas en nosotros
encendida la esperanza.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
Todos: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén