Hoy iniciamos juntos el Adviento, tiempo en el que nos preparamos debidamente para recordar con alegría y gratitud el nacimiento de nuestro Señor Jesús, encarnado en María la Virgen por nosotros.
El evangelio de hoy nos recuerda que Cristo volverá a venir lleno de poder y de gloria, a nosotros nos toca merecer estar ante su presencia dignos, limpios y dispuestos a gozar de sus promesas eternas; por eso debemos tener cuidado (versículos 34-36), debemos cuidar nuestros corazones, debemos estar vigilantes y en oración constante para fortalecernos con su Espíritu Santo y vivir siempre según su buena voluntad.
Al prepararnos en este tiempo, no sólo debemos arreglar y embellecer nuestras casas con adornos y nacimientos; también y principalmente debemos arreglar nuestros corazones, nuestras vidas, nuestro carácter, nuestras relaciones con los demás... debemos preparar un nacimiento en nuestro interior para que Jesús crezca dentro de cada uno y permanezca con nosotros hasta el punto de transformarnos a su imagen.
Feliz año nuevo de la Iglesia para todos ustedes y que tengamos todos un buen tiempo de ADVIENTO.
OREMOS
Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante Él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Bendigamos al Seor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
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