domingo, 12 de mayo de 2019

Domingo 12 de mayo San Juan 10:22-30

REFLEXIÓN
En el Evangelio de hoy nuestro Señor Jesús está respondiendo a una pregunta llena de dudas e incertidumbre, una pregunta que viene de alguien que no tiene fe, una pregunta que será respuesta para nosotros hoy. 
Dice el versículo 24 que un grupo de hombres rodeó a Jesús y le preguntó: "¿Hasta cuándo vas a tenernos en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza".

Está claro que la pregunta viene de alguien que no cree, que tiene dudas profundas en su corazón, que espera y tiene su esperanza en algo distinto a nuestro Señor; esa pregunta viene de alguien con el corazón endurecido; aquellas personas que preguntaron a Cristo, estuvieron tan cerca de Él y no pudieron ver en su rostro toda la bondad y el amor profundo de Dios. Estuvieron tan cerca y no pudieron contemplar su hermosura... Estuvieron tan cerca! y no lo reconocieron. ¡Cuidado! ya nosotros  hemos entendido bien que nuestro buen Señor siempre está cerca, que podemos sentirlo, que podemos llamarlos,  que podemos recibirlo, que podemos verlo en la Eucaristía, escucharlo en la Biblia, sentirlo es su Espíritu Santo dentro de nosotros. Cristo está cercano siempre y nosotros sabemos que Él es nuestro Señor, nuestro Salvador. Este día en Su Palabra, nos recuerda mucho más acerca de quién es Él. Leamos detenidamente los versículos 27 al 30.

Veamos ahora lo que el Señor quiere decirnos: 
Somos sus ovejas, Él es nuestro Pastor, debemos estar siempre dispuestos a escuchar su voz. Él nos conoce, nos conoce aún antes de nacer, nos conoce tan bien, que no podemos ni debemos ocultarle nada. Es nuestro deber como buenas ovejas, seguirle por donde nos lleve, escuchar su voz de Buen Pastor. Debemos recibir esa vida eterna que nos ofrece para nunca perecer, pero debemos recibirla con gratitud y humildad.

Nosotros no tenemos dudas sobre nuestro Cristo, Él nos ha demostrado tantas veces y de tantas maneras su gran amor, que jamás podremos dudar. Que su Espíritu Santo nos acompañe y nos guarde cada día.

Un abrazo
+Juan Carlos Revilla

OREMOS
Oh Dios, cuyo Hijo Jesús es el buen pastor de tu pueblo: Concede que, al escuchar su voz, reconozcamos a aquél que llama a cada uno de nosotros por su nombre, y le sigamos a donde nos guíe; quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


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