Todos hemos oído el dicho popular que dice: "Ver para creer"; para muchas personas la vida puede sustentarse únicamente en las cosas que se ven; pero, para los cristianos la vida se sustenta en las cosas que van más allá de lo que podemos ver... la vida buena del cristiano se sustenta en la FE.
"La FE es la certeza de lo que no se ve" (Hebreos 11:1); no necesitamos ver para creer, lo que necesitamos es sentir, amar, esperar y confiar profundamente; lo que necesitamos es recordar a cada instante que las cosas espirituales jamás pueden verse, sólo pueden sentirse; las cosas espirituales son las que verdaderamente llenan el alma y el corazón humano, son las que satisfacen plena y absolutamente.
El evangelio de esta semana, nos cuenta cómo nuestro Señor Jesús se presentó ante sus discípulos en medio de su temor. Ellos se encontraban temerosos, inseguros tal vez y es justamente en medio de su temor que nuestro Señor Jesucristo se les presenta para traerles y decirles "La Paz sea con ustedes". Hoy debemos estar seguros que en medio de nuestros miedos, de nuestras inseguridades ése mismo Cristo vendrá a nosotros para regalarnos su Paz, esa paz que sobre pasa todo entendimiento, esa Paz que sólo la podemos sentir por FE.
Es interesante que cuando el Señor se presentó a sus discípulos no estaba entre ellos Tomás y cuando sus hermanos le contaron, él dudó (versículos 24 al 25); así que el Señor se les presentó por segunda vez y en esta ocasión si estuvo Tomás; es allí donde el Señor le da una lección a este siervo suyo, una lección que también es para todos nosotros hoy. Jesús nuevamente les regala su Paz y en medio de ellos le dice a Tomás:
"Pon tu dedo aquí y mira mis manos.
Acerca tu mano y métela en mi costado.
Y no seas incrédulo, sino hombre de FE"
La respuesta de Tomás ante el llamado de atención de nuestro Señor debe ser también nuestra respuesta: "Señor mío y Dios mío"; eso es lo que debemos proclamarle cada día, decirlo desde nuestro corazón, decirlo con nuestras plegarias, pero también con nuestras acciones, decirlo con una FE profunda, agradeciendo la Paz verdadera que sólo Él nos puede dar.
Nuestro Señor le dijo a aquel que después de tocarlo y verlo lo reconoció como su Señor y su Dios:
"Porque me has visto, has creído; dichosos los que no han visto y sin embargo creen"
Seamos dichosos en nuestra FE, sintamos a Cristo ahora mismo a nuestro lado, muy junto a nosotros, con su Paz, con su amor y su bondad extraordinarias. Seamos dichosos porque creemos sin ver, pero sentimos con todos nuestros sentidos, con toda nuestro ser, con todo el corazón; sentimos que Cristo es nuestro Señor y nuestro Dios.
Un abrazo hermanos y hermanas, y que la Paz de Dios sea siempre
+Juan Carlos