Introducción.- Como cada domingo, preparémonos juntos para la reflexión y la meditación del Santo evangelio de hoy, encontremos un momento de quietud y de tranquilidad para leerlo con el corazón; busca tu Biblia y lee el pasaje de San Lucas una o dos veces; luego reflexionemos juntos. Dios nos guíe.
REFLEXIÓN
La primera enseñanza que encontramos (versículo 14) es que nuestro Señor siempre obraba guiado por el Espíritu Santo, ese poder maravilloso que también debe guiar nuestras vidas, nuestros pensamientos, nuestras decisiones y nuestras acciones. Imitar a Cristo en todo debe ser siempre nuestro buen propósito, sólo así lograremos ver el mundo con compasión y bondad como Él lo ve, sólo así llegaremos a ser verdaderos y buenos cristianos. En este mismo versículo vemos que la "fama" de Jesús era conocida por todos; la gente sabía cómo era Él, conocía de sus bondades y de su santidad por obra del Espíritu Santo; la fama de Jesús ha llegado también hasta nosotros, sabemos claramente de todas las bondades y cualidades de nuestro Cristo, por eso podemos confiar en Él absolutamente, por eso sabemos y conocemos de su poder, sus milagros, y su sanación.
Estando Jesús en Nazaret fue al templo como era su costumbre. He subrayado éstas palabras para que asumamos este buen ejemplo en nuestras vidas, debe ser nuestra costumbre ir al templo, participar activamente de la vida de la Iglesia, vivir la Eucaristía con devoción, recordando las palabras de nuestro Señor cuando nos dice: "No sólo de pan vive el hombre". No dejemos de alimentarnos de ese Pan de vida que es Cristo en su Iglesia, debe ser nuestra costumbre.
Estando nuestro Señor en el templo se levantó para leer la escritura que correspondía leer ese día, un extracto del profeta Isaías 61 que no fue coincidencia, pero que claramente hablaba de Él mismo, este pasaje dice del Hijo de Dios nuestro Señor lo siguiente:
- El Espíritu Santo de Dios está sobre Él
- Él es el ungido, el elegido para salvación
- Ha sido ungido para anunciar, para predicar el evangelio a todo necesitado, a todo pobre, no sólo de cosas materiales sino también de pobreza espiritual. Ha sido enviado a sanar a todos aquellos con corazón quebrantado.
- Enviado a dar libertad a todos los cautivos, a los que están oprimidos en la desesperación y desesperanza.
- A proclamar el año del favor del Señor. Éste es ese año para nosotros, es y será siempre el tiempo del favor de Dios para nuestras vidas y las vidas de todos los que amamos.
Hoy nuestro dulce Señor nos recuerda maravillosamente todo de lo que es capaz, abracémonos a Él con esperanza y confianza y sobre todo seamos agradecidos porque: "Hoy se cumple esta escritura en presencia de ustedes", hoy seremos testigos del milagro de Dios en nuestras vidas; Cristo vino a éste mundo para darnos esa alegría plena que inundará nuestro corazón. Hoy es el tiempo de pedirle lo que anhelamos, lo que esperamos, lo que completará nuestra alegría; Él es capaz de hacerlo por y para nosotros. Seamos pues agradecidos e imitadores de Cristo en TODO.
Dios nos bendiga
Un abrazo
OREMOS
Danos gracia, Señor, para responder prestamente al llamamiento de nuestro Salvador Jesucristo y proclamar las Buenas Nuevas de su salvación a todos los pueblos; para que nosotros, y todo el mundo, percibamos la gloria de sus obras maravillosas; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.