El nombre de nuestro Señor tiene poder y por medio de él con profunda fe podemos lograr cosas increíbles y bondadosas. Actuar en el nombre del Señor es una buena y sabia acción en favor de cuantos necesiten de la bondad de Dios; en el evangelio de hoy los discípulos del Señor le informan de alguien que en el nombre de Jesús hacía cosas buenas, sin embargo ellos quisieron impedirlo, quisieron impedir la obra buena en favor de los demás; nuestro Señor Jesús dijo bien claro: "No se lo impidan", luego explicó que nadie que haga cosas buenas a otros en su nombre, puede estar en contra del Hijo de Dios. No debemos ser obstáculo de aquellos que buscan el bien de los demás, de aquellos que muestran misericordia en favor de los demás, de aquellos que tomando el nombre de Cristo muestren compasión por los demás.
La recompensa de Dios para quienes practican la bondad se manifiesta de diferentes formas, Jesús nos dice en su evangelio que "cualquiera que nos dé un vaso de agua en su nombre, no perderá su recompensa. Recibamos con gratitud todos los gestos de amor, ellos siempre vienen de un corazón tocado por Dios, de un corazón bondadoso que busca servir a los demás; reconozcamos las obras buenas que se hacen en el nombre del Señor y rechacemos toda obra que está lejos de la bondad y la misericordia. Imitemos siempre al Señor en todo momento alejándonos del pecado y sacando de nosotros, de nuestros corazones todo aquello que nos hace pecar.
Que el Señor permita reconocer verdaderamente a las personas que actúan en su nombre, que podamos verlas como hijos de Dios, como hermanos nuestros, que podamos orar por ellos y sus corazones dispuestos para la bondad.
OREMOS
Oh Dios, tú nos alegras con el recuerdo semanal de la gloriosa resurrección de tu Hijo nuestro Señor: Concédenos tal bendición en este día, mediante nuestra adoración, que ocupemos todos los días de esta semana en tu favor; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oh Dios, Rey eterno, que con tu luz separas el día de la noche, y transformas en claridad la sombra de muerte: Arroja de nosotros todo mal deseo, inclina nuestro corazón a guardar tu ley, y guía nuestros pasos por el sendero de la paz; para que, al hacer con gusto tu voluntad durante el día, nos alegre darte gracias cuando llegue la noche; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
Un abrazo