Dice el evangelio de hoy que muchos de los discípulos de nuestro Señor le dieron la espalda y decidieron no andar con Él; se alejaron de Jesús, se alejaron de su presencia, decidieron estar sin Él ¿Por qué? En el versículo 60 encontramos la respuesta; y es que éstos hombres sentían que lo que el Señor enseñaba les era muy difícil de cumplir, no fueron capaces, ni tenían voluntad de esforzarse y obedecer sus mandamientos.
Esta historia parece que se repite en nuestros tiempos. A muchos nos resulta difícil cumplir con TODO lo que el Señor manda; por ejemplo:
- Perdonar hasta setenta veces siete
- Amar a Dios por sobre todas las cosas
- Hacer el bien a los que nos desprecian
- No mentir en ninguna circunstancia
- Amar a los enemigos
La lista puede seguir y ocuparíamos más espacio en escribir que en reflexionar. A muchos de nosotros también nos parece difícil cumplir lo que nuestro Señor nos manda. Pero sabemos en el corazón que jamás podremos dar la espalda a Cristo nuestro Señor como lo hicieron aquellos discípulos hace tantos años, como lo hacen hoy algunos que se dejan llevar por sus propios criterios y no cumplen con lo que Dios manda; no perdonan, no aman limpiamente, no son sinceros en su actuar y en su sentir y con todo dicen que son cristianos; esa es una forma de darle la espalda al Señor, esa es una forma de alejarse de Él; nosotros no debemos hacerlo, debemos cumplir con todo lo Él nos enseña, debemos pedir que su Espíritu Santo nos de la verdadera vida (versículo 63) porque sus palabras, todas sus palabras, son vida plena y verdadera.
Al leer el evangelio vemos que cuando muchos le volvieron la espalda al Señor, Él les preguntó a los más cercanos, les preguntó lo mismo que hoy nos pregunta a nosotros: "¿También ustedes quieren marcharse?". NO, jamás dejaríamos al Señor, qué haríamos sin Él! cómo podríamos darle la espalda; debemos esforzarnos en cumplir todos sus mandamientos y permanecer siempre a su lado; debemos responder lo mismo que respondió San Pedro en los versículos 68 y 69: "¿a quién iremos Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios".
Reconozcamos éste día que aunque a veces es difícil cumplir con sus mandamientos, debemos hacer el esfuerzo de cumplirlos; el amor a Él nos impulsará, sus maravillosas promesas serán nuestra recompensa y su Santo Espíritu nos dará el aliento para perseverar.
Dios nos bendiga.
Un abrazo
Textos bíblicos que nos ayudarán
-San Juan 14:23
-Deuteronomio 28:1
-Santiago 1:22
-Romanos 8:14
OREMOS
Concede, oh Dios de misericordia, que tu Iglesia, congregada en unidad por tu Espíritu Santo, manifieste tu poder entre todos los pueblos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Dios, Rey eterno, que con tu luz separas el día de la noche, y transformas en claridad la sombra de muerte: Arroja de nosotros todo mal deseo, inclina nuestro corazón a guardar tu ley, y guía nuestros pasos por el sendero de la paz; para que, al hacer con gusto tu voluntad durante el día, nos alegre darte gracias cuando llegue la noche; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.