Nuestro Señor continúa su enseñanza sobre el valor y la importancia del verdadero alimento para la vida plena y eterna, Él se presenta como ese alimento de vida que nos transforma hasta lograr hacernos verdaderos cristianos. En el evangelio de ésta semana Cristo nos dice que quien se alimenta de Él vive unido a Él (versículo 56), estar unido a Nuestro Señor es estar en paz, amor, bondad y esperanza; estar unidos a Él es tener la seguridad de estar seguros, de vivir para servir y de gozar de su presencia. Dice la escritura que quien está unido al Señor se hace un solo Espíritu con Él (1 Corintios 6:17).
No dejemos de alimentarnos de ese Pan vivo que viene del cielo, guardemos la esperanza de la verdadera y plena vida en el Señor.
Dios nos bendiga
OREMOS
Dios omnipotente, por nosotros entregaste a tu Hijo único como sacrificio por los pecados y como ejemplo de vida piadosa: Danos gracia para recibir con gratitud los frutos de su obra redentora, y seguir de día en día las huellas benditas de su santísima vida; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, Rey eterno, que con tu luz separas el día de la noche, y transformas en claridad la sombra de muerte: Arroja de nosotros todo mal deseo, inclina nuestro corazón a guardar tu ley, y guía nuestros pasos por el sendero de la paz; para que, al hacer con gusto tu voluntad durante el día, nos alegre darte gracias cuando llegue la noche; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
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