El Reino de Dios es sencillo, humilde, como una semilla pequeña; pero a la vez está lleno de grandezas, ese reino debe ser esparcido por todas partes, entre todas las personas, el Reino de Dios no debe ser excluyente, no debe despreciar ni rechazar; por el contrario, debe incluir, recibir, perdonar, mostrar bondad y sobre todo amor al prójimo.
Nuestro Señor nos recuerda en su evangelio que si esparcimos su semilla con paciencia, es decir Su Palabra (Lucas 8:11), ésta dará fruto, pero debemos tener paciencia. Pensemos en cada corazón como un terreno que debe recibir la Palabra de Dios, busquemos sin darnos por vencidos la oportunidad de ser esos sembradores que el Señor necesita para llevar Su Palabra a todo aquel que la necesite (Isaías 55:10-11), como dice San Pablo en 2 Corintios 5:7 "Vivamos por fe, no por vista", hagamos siempre lo bueno, olvidando lo malo y lo bueno es estar siempre al servicio de Dios, al servicio de Cristo y de su Iglesia, mantengámonos firmes como buenos sembradores de Su Palabra y esperemos con confianza los buenos frutos para una vida mejor.
No olvidemos que cada uno uno recibirá lo que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras esté vivo; hacer lo bueno es incondicional, ser buenos cristianos debe ser nuestro propósito en toda circunstancia, qué mejor si lo somos en medio de las pruebas, en medio de situaciones difíciles, seamos siempre la luz y la sal del mundo que Cristo quiere de nosotros, seamos los sembradores de Su Palabra salvadora.
¡Ya se te ha declarado lo que es bueno!
Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor:
Practicar la justicia, amar la misericordia; y humillarte ante tu Dios ( Miqueas 6:8)
Dios nos bendiga
Un abrazo sincero.
+Juan Carlos
OREMOS
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.
Oh Dios, de quien procede todo lo bueno: Concede, por tu inspiración, que pensemos lo justo y, guiados por ti, podamos hacerlo; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén
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