Recordemos que en tiempos de Moisés la Sangre de un cordero salvó al pueblo de Dios de la muerte durante su tiempo en Egipto; años más adelante vino Jesús a este mundo y fue visto como el "Cordero de Dios" que quita los pecados del mundo, con su sangre y su sacrificio traería salvación a todos los hombres, hoy, gracias a ese hermoso y sublime sacrificio, todos tenemos la oportunidad de salvación y redención.
En muchas partes del mundo celebran en este día el valor del Cuerpo y de la Sangre de Cristo como alimento en la Santa Eucaristía. Hoy muchos con fe recordamos la promesa del Salvador cuando dijo "El que come de mi carne y bebe de mi sangre, no morirá jamás" (San Juan 6:56), busquemos siempre ese alimento espiritual que nos da la Iglesia por medio de la Eucaristía, fortalezcamos no sólo nuestros cuerpos, sino también nuestras almas; recordemos que la vida en una buena comunidad de creyentes alimenta, nutre y da testimonio santo de una vida buena. No olvidemos que la palabra de Dios también es alimento, no dejemos de lado el estudio de la Palabra, la Oración y el partir del Pan . Que nada ni nadie nos separe de aquel lugar al que nos lleva el Espíritu de Dios, ese Espíritu de Paz y de Unidad (Hechos 2:42)
OREMOS
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, Roca mía y Redentor mío.
Oh Dios, tú infalible providencia ordena todas las cosas en el cielo como en la tierra: Aparta de nosotros todo mal, te suplicamos, y concédenos aquellos beneficios que puedan ayudarnos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios
Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén.
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