domingo, 25 de marzo de 2018

25 de marzo: Domingo de Ramos San Marcos 14:32 - 15:47

REFLEXIÓN
Hoy recordamos y celebramos con devoción la "Entrada triunfal de nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén", con ésta celebración iniciamos la Semana Santa.
Al leer el evangelio nos damos cuenta que Jesús entra a Jerusalén siendo reconocido como bendito, como aquel que viene en el nombre del Señor. Debemos recordar que Él entra en Jerusalén para dar su vida por todos nosotros, es allí donde vivirá su Pasión, Muerte y Resurrección por amor al mundo entero.
Hoy nos toca a nosotros recibirlo en nuestras vidas, reconociéndolo como nuestro Señor y Salvador, como el que viene a traernos salvación y vida verdadera.
Esta semana que comienza hoy, debemos mostrar profunda fe, pero sobre todo, gratitud y amor al recordar reverentes todo lo que el Señor ha hecho por nosotros: Sus enseñanzas, su sufrimiento, su dolorosa muerte... y hasta sus silencios ante la ofensa, el insulto y el desprecio; todo lo soportó por amor.
Que esta sea un profunda Semana Santa, que la vivamos con devoción, reflexión, esperanza y que podamos renovar juntos nuestro amor por la Iglesia, por Cristo nuestro Señor y por nuestro prójimo.

OREMOS
Dios omnipotente y eterno, en tu tierno amor hacia el género humano, enviaste a tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo para asumir nuestra naturaleza, y padecer muerte en la cruz, mostrándonos ejemplo de su gran humildad: Concédenos, en tu misericordia, que caminemos por el sendero de su padecimiento y participemos también en su resurrección; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 


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ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.