Este domingo el Señor nos presenta la Parábola de la viuda insistente. Buscando en el diccionario de la lengua española el significado de la palabra insistir, nos damos cuenta que significa perseverar en algo hasta lograrlo, hasta conseguirlo, significa también ser constante, no desanimarse.
Nuestro buen Señor cuenta esta parábola para mostrarnos que debemos orar siempre y sin desanimarse, siendo constantes, perseverantes, poniendo de manifiesto nuestra fe.
Qué maravilloso resulta el momento de oración como un encuentro con nuestro Señor; orar es pasar tiempo especial con Él, tiempo de paz y de sosiego que nos alimenta el alma, tiempo en el que nos acercamos a ese ser maravilloso que nos ha dado tanto, que nos ama tanto... No dejemos de orar, de perseverar en oración con confianza; de orar, no sólo cuando necesitamos pedir algo, orar para decirle gracias, orar para decirle cuánto lo amamos, orar para pedir perdón... en cualquier circunstancia la oración es un poderoso vínculo con nuestro creador, un vínculo que jamás se debe romper.
Dice el versículo siete que Dios hará justicia a sus escogidos, nosotros hemos sido escogidos, elegidos por Él, por su amor y su bondad, Él mostrará su justicia en nosotros mediante una oración llena de fe y de esperanza. Que nuestro Señor nos acompañe siempre y que manifieste su amor respondiendo nuestras oraciones constantes hoy y siempre. Amén.
OREMOS
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo has revelado tu gloria a todas las naciones: Mantén las obras de tu misericordia; a fin de que tu Iglesia, esparcida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario