domingo, 15 de septiembre de 2019

Evangelio del domingo 15 de setiembre San Lucas 15:1-32

REFLEXIÓN
Dice el evangelio que muchos pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, es seguro que en sus corazones existía una gran necesidad de sus palabras y de sus enseñanzas, seguramente sentían la necesidad del perdón y de la misericordia; ésa debe ser nuestra actitud cuando por nuestra debilidad e imperfección cometemos errores o pecamos, debemos buscar rápidamente estar cerca de Cristo para reconocer nuestra falta y ser perdonados, para sanar el corazón, para tener el valor y la fortaleza de no seguir pecando. 

El evangelio de este día nos cuenta que algunos criticaban al Señor por recibir a los pecadores, es que éstos hombres no entendían el corazón misericordioso de Jesús, por esa razón tuvo que explicarles con parábolas el amor que Él siente por aquellos que han pecado y que deciden acercarse con arrepentimiento a su presencia; no dejemos de acercarnos a Cristo con arrepentimiento sincero en nuestros errores, Él nos liberará del dolor que trae todo pecado.

Las parábolas de hoy nos ayudan a entender mucho más cómo es el corazón de Dios frente al pecador; veamos brevemente cada una de ellas.
Parábola de la oveja perdida. Si una sola oveja se pierde, aunque el dueño de las ovejas tiene muchas otras, deja todas las demás y va en busca de la perdida hasta encontrarla, cuando la encuentra se llena de alegría, la levanta en sus hombros y la regresa a casa. Así actúa el Señor frente a todos aquellos que nos perdemos por el pecado, Él es así de bondadoso, por eso dijo claramente:

"Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría  
por un solo pecador que se arrepienta, 
que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse" 
                                                                                              San Lucas 15:7

Mostremos arrepentimiento frente a nuestros errores. Dejémonos encontrar por nuestro  Señor, Él se llenará de alegría por nosotros, nos levantará en sus brazos y nos hará volver a su presencia.

Parábola de la moneda perdida. Al comparar con una moneda al pecador, Cristo nos hace entender el valor que tiene el ser humano a pesar de haber pecado; dice ésta parábola que si la moneda se pierde, Él enciende la luz, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla. Esto es lo que hace nuestro Señor con nosotros.
Primero, sólo su luz nos puede mostrar el camino, su luz puede evitar que continuemos perdidos; Él es la luz del mundo. Segundo, Él limpiará (barre) lo que esté sucio en nosotros o cerca de nosotros, nos buscará con cuidado porque nos considera valiosos; cuando nos encuentre se llenará de alegría.

"Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente"
                                                                                                                                                 San Lucas 15:10

Parábola del hijo perdido. Si leemos con cuidado, pero sobre todo, con el corazón ésta parábola, vamos a entender con gratitud mucho más sobre el corazón de Dios, un corazón de Padre que no deja de esperar al hijo cuando éste se ha alejado de su presencia por causa del pecado. La parábola cuenta que el hijo lleno de arrepentimiento decide volver a casa de su Padre, pero cuando todavía estaba lejos, es el Padre quien corre hacia el hijo para abrazarlo y besarlo; así hace el Señor con nosotros cuando con arrepentimiento sincero volvemos a Él. Dios nos cambiará, nos mostrará su infinito amor y se alegrará en el cielo.

Que las hermosas enseñanzas de hoy nos hagan reflexionar frente al pecado, que podamos alegrar el corazón de Dios y de todos los que amamos con el arrepentimiento sincero de nuestras faltas y que gocemos de días felices y llenos de paz bajo el cuidado paternal de Cristo nuestro Señor y Salvador.

Un abrazo.

OREMOS 
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, puesto que sin ti no podemos complacerte: Concede, por tu misericordia, que tu Espíritu Santo dirija y gobierne nuestros corazones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes hoy y siempre+  Amén.

1 comentario:

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.