La semana pasada nuestro Señor nos pidió permanecer en Él, nos ofreció la promesa maravillosa de que tendremos todo lo que le pidamos si nos mantenemos unidos a Él y sus palabras permanecen en nosotros. Esta semana la enseñanza continúa tan linda como la semana pasada. Cristo no sólo quiere que permanezcamos en Él, hoy nos pide permanecer en su Amor. ¿Qué significa entonces permanecer en su amor? Permanecer en su amor es dejarnos amar por Él, dejarnos sentir su presencia a cada instante, alegrarnos con su Espíritu, adorarlo, alabarlo y demostrar con nuestras acciones que Él es todo para nosotros; permanecer en su amor es estar enamorados de Cristo, sonreír en paz cuando lo sentimos, decirle en el silencio de nuestro corazón que le amamos... dejarnos amar por Él es sentir su amor y su bondad con gratitud todos los días de nuestra vida.
El amor que sentimos por nuestro bendito Señor debe ser sincero, sin hipocresía, debe llevarnos a aborrecer el mal y todo lo malo (Romanos 12:9), el amor del Señor debe hacernos mejores, más justos, misericordiosos, humildes y a la vez valientes, y ése mismo amor debemos demostrar a nuestro prójimo, porque no podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos, si no amamos al prójimo a quien SI vemos.
Cristo Jesús nos dice algo muy importante hoy en el versículo 10: "Si
obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor". El Señor nos está dando una forma de permanecer en su amor, y ésta es OBEDECER SUS MANDAMIENTOS, todos sus mandamientos, aún aquellos que se nos son difíciles de cumplir; así podremos permanecer en su amor.
Les he
dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.
San Juan 15:11
Que ésta semana y siempre podamos permanecer en el amor de Cristo para que nuestra alegría sea santificada, para que sea una alegría envuelta en su paz, en su amor y su bondad.
Dios nos bendiga.
2 Tesalonicenses 3:5
OREMOS
Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya!
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya!
Oh Dios, tú has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan nuestro entendimiento: Infunde en nuestros corazones tal amor hacia ti, que, amándote en todo y sobre todas las cosas, obtengamos tus promesas, que exceden todo lo que podamos anhelar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
Demos gracias a Dios.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén.
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