Oh Dios, recordamos en este día, oh Dios, la matanza de los niños inocentes de Belén, ordenada por el Rey Herodes. Recibe, te suplicamos, que recibas en tus brazos de misericordia, a todas las víctimas inocentes; y por tu gran poder frustra los designios de tiranos sanguinarios, y establece tu dominio de justicia, amor y paz; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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