Hoy es un día especial, de gratitud y de reconocimiento por todos nuestros familiares y amigos que estuvieron entre nosotros y que ahora descansan en el cielo disfrutando de las promesas de Cristo, nuestro Señor.
Hoy debemos orar por ellos, debemos dar gracias a Dios porque aún podemos amarlos, porque su vida tuvo un propósito para nuestra vida. Seamos agradecidos de todo corazón por todos nuestros fieles difuntos.
OREMOS
Oh Señor Dios eterno, que mantienes en vida a todas las almas: Concede a toda tu Iglesia en el paraíso y en la tierra tu luz y tu paz; y permite que, siguiendo los buenos ejemplos de los que te han servido aquí y ahora descansan, podamos al fin entrar con ellos a tu gozo eterno; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
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