Nuestro Señor ha enseñado de muchas maneras sobre el amor al prójimo y sobre el amor que debe existir entre los hermanos. Poco antes del evangelio de esta semana, Jesús estaba enseñando sobre cómo debe ser la actitud del cristiano cuando deba defenderse ante las acusaciones, allí claramente nos dice:
"...no se preocupen de cómo van a defenderse o qué van a decir,
porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder".
(San Lucas 12:11-12)
Después de éstas palabras, un hombre de entre la multitud le pide al Señor: "Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo".
Es muy interesante la respuesta que da nuestro Señor ante este pedido:
Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?
Lo que aquel hombre olvidó es que se trata de su hermano; claramente enseña nuestro Señor cómo debe ser el amor entre hermanos y sobre todo qué debemos hacer cuando un hermano peca contra nosotros en Mateo 18:15-22. Hoy la segunda lectura que corresponde a este día Santo, San Pablo nos recuerda cuál es la actitud de los hijos de Dios en toda circunstancia:
"Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,
revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro.
Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él". Colosenses 3:12
Busquemos en todo momento y circunstancia la verdadera justicia amparada en la verdad y la bondad, la una no puede separarse de otra. Busquemos actuar cono Dios nos manda, abandonándonos a su guía y a su bondad, que podamos decir en todo momento hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; no sólo frente a nuestros hermanos, sino en toda situación y vivencia. Busquemos acumular tesoros en el cielo para la gloria de Dios y vivamos en paz con todos.
Dios nos bendiga.
OREMOS
Que tu constante misericordia purifique y defienda a tu Iglesia, oh Señor; y, puesto que no puede continuar en seguridad sin tu auxilio, protégela y dirígela siempre por tu bondad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos nosotros ahora y siempre. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario